Cuando piensas en “salir al bosque”, quizá te imaginas aire más puro, unos minutos de silencio, un paseo relajado. Es cierto, pero la historia va mucho más allá: la ciencia moderna ha comenzado a revelar que pasar tiempo en entornos naturales —especialmente bosques— puede activar partes clave de tu sistema inmunológico, reforzar tus defensas, mejorar el ánimo y reducir el estrés de modo profundo y duradero.

Un vistazo a la ciencia

Los investigadores japoneses fueron de los primeros en documentar que lo que en su país llaman Shinrin‑Yoku (o “baño de bosque”) no es solo una tendencia de bienestar, sino una práctica con efectos biológicos medibles. En uno de los estudios pioneros, 12 personas participaron en un viaje de bosque por varios días. Los resultados mostraron que, tras la experiencia, se elevó la actividad de las llamadas células “natural killer” (NK), linfocitos que juegan un papel fundamental en la vigilancia inmunológica.

Concretamente, los números mostraron incrementos significativos: mayor número de células NK, mayor expresión de proteínas “anti-cáncer” como perforina y granzimas, y efectos que perduraban más de una semana e incluso hasta 30 días después del paseo por el bosque.

Otra revisión sistemática reciente concluyó que los programas de “forest therapy”, mayoritariamente caminatas en bosque, mejoran de forma fiable la actividad NK y otros indicadores inmunitarios.

En esencia: el contacto con la naturaleza activa tu sistema inmune, reduce hormonas del estrés, mejora tu estado de ánimo y brinda efectos que duran días.

¿Por qué el bosque es buen “medicamento”?

Existen varios mecanismos plausibles detrás de estos efectos:

  • Menos estrés, más defensa: en entornos naturales, los niveles de adrenalina y cortisol bajan, lo que permite que tu sistema inmune recupere terreno.
  • Aire cargado de “phytoncides”: compuestos volátiles que liberan los árboles (como α-pineno, limoneno) podrían estimular las NK y mejorar la vigilancia inmunológica.
  • Movimiento y respiración consciente: caminar por bosque (incluso sin prisa) activa circulación, oxigenación y ritmos corporales más saludables.
  • Exposición a microorganismos del entorno natural: estar en la naturaleza implica un “ecosistema microbiano” más rico que el urbano, lo que puede favorecer una mayor adaptabilidad inmune.

¿Qué implican estos hallazgos para tu bienestar?

La buena noticia es que no necesitas un retiro especializado ni días completos de bosque profundo para empezar a cosechar estos beneficios. Varias investigaciones señalan que incluso un día de naturaleza resulta significativo. Por ejemplo, un estudio encontró que una sola excursión al bosque (o “forest bathing” de 1 día) incrementó la actividad NK al compararse con un grupo que solo visitó la ciudad.

Esto implica que cada paseo consciente por el bosque, cada momento de calma en la naturaleza, puede tener un impacto real sobre tus defensas y tu sistema inmunológico.

Cómo integrar naturaleza + bienestar para reforzar tu sistema inmune

Si buscas llevar este conocimiento al plano práctico, aquí van tres ejes clave que puedes combinar con una visita a la naturaleza, y que en un entorno de aguas termales adquieren aún más valor:

  1. Naturaleza al aire libre: dedica al menos 60–90 minutos al menos una vez por semana a caminar en bosque, entre árboles, con mínima distracción. Apaga el teléfono, respira profundo, observa.
  2. Aguas termales y descanso profundo: sumergirse en aguas minerales, disfrutar del silencio y del entorno natural potencia la activación parasimpática (el modo de “reparación” del cuerpo). Este estado favorece que tu sistema inmune se “recargue”.
  3. Alimentación y nutrientes de apoyo: la naturaleza ofrece más que paisaje. Piensa en frutas y verduras frescas, alimentos locales y productos ricos en micronutrientes que apoyan el sistema inmunitario: zinc, magnesio, vitamina C, polifenoles. Al combinar alimentación y entorno, maximizas efectos.

Un entorno ideal para este enfoque

Imagínate un entorno en que tras una caminata entre árboles, llegas a una tina de aguas termales rodeada de bosque, el aire es fresco, el ruido reducido, la vista abierta y el cuerpo en calma. Allí tu respiración se vuelve más profunda, tu circulación se activa, tus músculos se relajan y tu mente se pausa. Este tipo de experiencia combina naturaleza, agua y silencio para generar un ritual completo de bienestar.

Al elegir un destino que ofrezca tanto acceso a la naturaleza como espacios de descanso termal, estás creando una oportunidad para que tu sistema inmunológico se beneficie de múltiples vías: respirar mejor, moverte con tranquilidad, absorber minerales y desconectarte de estímulos excesivos.

Una invitación a regalarte defensa natural

En medio del ajetreo diario, nuestro sistema inmunológico sufre silenciosamente: estrés, pantallas, sedentarismo, poco descanso. Salir al bosque no es solo “un paseo bonito”, es un acto de cuidado profundo. Respirar el aire entre las copas de los árboles, caminar sin meta, sumergirse en agua caliente con vista verde… todo suma.

La naturaleza no promete inmunidad absoluta, pero los estudios muestran que favorece tu capacidad de defensa, mejora tu ánimo y te devuelve a un estado de equilibrio que pocas actividades ofrecen. Esta primavera, hazte un regalo: camina entre árboles, respira sin prisa y date espacio para que tu cuerpo recupere.

Porque más allá del aire puro, está la capacidad de renovarte. Y ese es un beneficio que tu sistema inmune y tu bienestar agradecerán largo tiempo.

Ven a Termas Pucón Indómito a conocer todos los beneficios de descansar, pasar un momento agradable y conectar con la naturaleza.